El lunes pasado, Estados Unidos salió en defensa de un ciudadano ruso, Robert Shónov, quien enfrenta acusaciones de Moscú por presuntamente recabar información sobre la guerra en Ucrania y entregarla a diplomáticos estadounidenses.
El Departamento de Estado de EUA. emitió un comunicado en el que calificó las acusaciones con poco fundamento y expresó su preocupación por la creciente represión del gobierno ruso contra sus propios ciudadanos.
Shónov, de 62 años de edad, quien trabajaba como contratista para el Consulado General de Washington en Vladivostok, en el extremo oriente de Rusia, fue detenido en mayo de este año por el Servicio Federal de Seguridad (FSB), la antigua KGB rusa. Según el Departamento de Estado, Shónov cumplía con todas las regulaciones y leyes rusas en su labor para el consulado.
Las acusaciones presentadas por el FSB ruso sostienen que Shónov realizó encargos a petición de dos diplomáticos estadounidenses desde septiembre de 2022 hasta mayo de este año.
Su supuesto trabajo incluía la recopilación de información sobre el desarrollo de la ofensiva militar en Ucrania y sobre los problemas que podrían influir en las protestas de la población rusa de cara a las elecciones presidenciales de 2024.
El Departamento de Estado estadounidense denunció estas acusaciones como parte de un patrón de represión gubernamental en Rusia. "Las acusaciones contra Shónov ponen de relieve las acciones cada vez más represivas que el gobierno ruso está tomando contra sus propios ciudadanos", expresó el comunicado oficial.
Shónov enfrenta el riesgo de ser condenado a hasta ocho años de prisión, la pena máxima contemplada por el artículo 275.1 del código penal ruso, que sanciona el delito de "colaborar de manera confidencial" con un país extranjero o una organización internacional. Mientras tanto, las tensiones entre Estados Unidos y Rusia en el ámbito diplomático parecen estar en aumento debido a este caso, lo que hace que la situación sea aún más compleja.