El presidente depuesto se niega a dimitir en un Kirguistán en duelo

Kirguistán se encontraba de luto el viernes por los enfrentamientos sangrientos que derrocaron a Kurmanbek Bakiyev, mientras persistía el temor de nuevos disturbios ya que el mandatario depuesto se sigue negando a dimitir

Varios miles de personas se concentraron en la plaza central de Biskek, frente a la sede de la presidencia y del Gobierno, epicentro de la revuelta del miércoles, para recordar a los 76 muertos, según un balance oficial.Durante una visita a un hospital, la jefa del gobierno interino Rosa Otunbayeva advirtió de la posibilidad de nuevos disturbios."En el Sur, los partidarios de Bakiyev intentan que vuelva al poder", declaró a los periodistas.Otunbayeva anunció para el sábado una manifestación popular, con partidarios del gobierno derrocado, pero también con seguidores del nuevo poder, en Djalal Abad (sur), feudo de Bakiyev."Mañana (sábado), un kurultai (asamblea popular tradicional) está previsto en Djalal Abad, nuestra gente trabaja en ello, vamos a escuchar el discurso de loa partidarios de Bakiyev y entonces decidiremos qué hacer", declaró Otunbayeva a la prensa.La estabilidad de Kirguistán, una ex república soviética de Asia central, es capital para Estados Unidos, que dispone de una base militar clave para las operaciones de transporte de material a sus tropas desplegadas en Afganistán.Rosa Otunbayeva confirmó el viernes el mantenimiento de la base aérea estadounidense en Kirguistán, desmintiendo informaciones en sentido contrario en la prensa internacional."No tenemos la intención de cambiar nada en la base estadounidense, la prioridad es asegurar la estabilidad para nuestros conciudadanos. No vamos a tocar la base, los acuerdos existentes siguen en vigor", declaró a la prensa.Además Otunbayeva rechazó negociar con Bakiev después de la sangrienta insurrección que habría dejado unos mil heridos.El gobierno interino anunció el viernes la congelación del sistema bancario, tras acusar a la familia de Bakiev de haber vaciado las arcas del Estado."Hemos congelado el sistema bancario, tememos que los bancos, controlados por Bakiev, saquen los fondos del país", explicó Edil Baissalov, el jefe de gabinete de Rosa Otunbaieva.Según él sólo queda el equivalente a 21 millones de dólares.Rosa Otunbaieva exhortó el viernes a Kurmanbek Bakiyev a que abandone el país en una reunión con el representante de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)."Kurmanbek Bakiyev sigue teniendo la posibilidad de irse del país. Le garantizamos la seguridad personal si renuncia", dijo Otunbaieva."Bakiyev hace todo para volver y retomar el poder", acusó una vez más Otunbayeva, que sospecha que el presidente depuesto arma a sus partidarios en el sur del país.El comportamiento de las poblaciones del sur de Kirguistán, y especialmente la región de Djalal Abad donde Bakiyev se refugió tras los sangrientos enfrentamientos del miércoles, es la principal amenaza que pesa sobre la estabilidad del país tras el cambio de régimen.Bakiyev dijo en una entrevista a la AFP que no pensaba renunciar y que estaba dispuesto a negociar con la oposición para evitar una guerra civil.El gobierno provisional anunció la apertura de un expediente judicial contra Janych Bakiyev, el hermano del presidente depuesto y jefe de su guardia presidencial, por haber dado presuntamente la orden de disparar el miércoles contra los manifestantes.


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