Juanita, la famosa momia de una niña inca, ha tenido su rostro reconstruido después de más de 500 años de su trágico ritual de sacrificio.
Juanita, la momia mejor preservada de las Américas, fue encontrada en 1995 cerca del cráter del Volcán Ampato, al sur de Perú. Los restos de esta niña inca, que habría sido sacrificada en un ritual hace medio milenio, se encontraban a una altitud de más de 6000 metros y estaban en un estado de conservación sorprendentemente bueno.
La niña inca, de entre 12 y 15 años de edad, fue bautizada como la "Dama o Doncella de Ampato" y fue encontrada con una túnica ceremonial, su propio cordón umbilical y varios objetos, incluyendo cuencos, estatuillas de oro y cerámica, así como conchas spondylus. Estos hallazgos ofrecen valiosas pistas sobre la cultura inca y sus prácticas de sacrificio infantil en la época prehispánica.
Los sacrificios a los dioses eran una parte fundamental del Imperio Inca, y Juanita habría sido una ofrenda en un ritual conocido como capacocha, que buscaba obtener la bendición divina, abundancia y buena fortuna.
La reconstrucción de su rostro, llevada a cabo por un equipo de científicos peruanos y polacos, junto con el experto en reconstrucción facial sueco Oscar Nilsson, ha permitido mostrar cómo habría lucido esta joven inca.

Este proceso, que involucró tecnologías 3D, escáneres y tomografía computarizada, tomó más de 400 horas de trabajo y se basó en mediciones del cráneo, estudios de ADN recuperado de sus restos y características etnológicas que sugieren su apariencia física, como piel morena, ojos oscuros y pómulos pronunciados.
Además de revelar su apariencia, la tomografía computarizada ha arrojado luz sobre la posible causa de su muerte: señales de un fuerte golpe en la parte posterior de la cabeza.
