Bolivianos van a elecciones regionales, claves para presidente Evo Morales

Unos cinco millones de bolivianos son llamados a elegir este domingo a nueve gobernadores y 337 alcaldes, en unos comicios clave para el presidente izquierdista Evo Morales quien pretende ampliar su poder, principalmente en regiones que rechazan su proyecto político

Si bien el proceso preelectoral se realizó con relativa tranquilidad, durante el mimsmo repuntó la división entre el gobierno de Morales y liderazgos derechistas de cinco de las nueve regiones del país, con 10 millones de habitantes."En las elecciones está en juego un equilibrio democrático, entre el gobierno (de Morales) y las regiones" del norte, este y sur del país, adversos al oficialismo, señaló a la AFP el politólogo boliviano Carlos Cordero, quien asegura que el mandatario pretende ampliar su poder.Según el analista, "hay una clara división ideológica entre lo que quiere el gobierno (estatista, de izquierda e indígena) y lo que buscan los departamentos (opositores), y el resultado electoral nos dará el nuevo mapa político del país".Los líderes políticos y empresariales de los departamentos de Santa Cruz (este), Beni (noreste), Pando (norte), Chuquisaca (sureste) y Tarija (sur), regiones que concentran hasta el 50% del PIB nacional, son radicales opositores al mandatario y reinvindican la economía de libre mercado.Sin embargo, la oposición llega a los comicios regionales del domingo bastante fragmentada, pues el gobierno logró desarticular al liderazgo derechista, al acusarlo de estar vinculado con presuntos hechos terroristas o de corrupción.Ello provocó que los ex gobernadores Manfred Reyes Villa y José Luis Paredes y el líder cívico de Santa Cruz, Branko Marinkovic, y una docena de dirigentes, decidieran huir del país con rumbo a Perú, Estados Unidos, Brasil o Argentina, desde fines del año pasado hasta hace dos semanas.Además, el poder Ejecutivo también puso en la lista de acusados a los ex presidentes de oposición Jorge Quiroga (2001-2002), Carlos Mesa (2003-2005) y Eduardo Rodríguez (2005), con la aprobación la semana pasada de una ley anticorrupción, aunque los tres afirmaron que se los pretende juzgar por motivaciones políticas.Para los comicios regionales del domingo, Morales se esforzó por que la balanza se inclinara a su favor y pidió votar por autoridades de su confianza, porque -afirma- no desea reeditar una confrontación como la de 2008 entre el gobierno central y las regiones, que puso al país al borde de la guerra civil.De acuerdo a la encuestadora privada Captura Consulting, en su último reporte de esta semana, el partido de Morales, el Movimiento Al Socialismo (MAS), ganará sin dificultades las gobernaciones de las andinas La Paz, Oruro, Potosí y Cochabamba y tiene buenas posibilidades en la gasífera Tarija, la subandina Chuquisaca y la amazónica Pando.Pero se da por hecho que Morales perderá en Santa Cruz -pulmón económico del país- y en la amazónica Beni.Si bien las campañas proselitistas se desarrollaron con relativa tranquilidad, éstas no estuvieron al margen de la guerra sucia, habitual en Bolivia durante estos procesos.El oficialismo acusó al Movimiento Sin Miedo (MSM), un ex aliado con el que disputa la alcaldía de La Paz, de haber difundido el jueves, en vísperas del católico Viernes Santo, mensajes de texto por internet a centenares de teléfonos celulares, atemorizando al electorado."El MAS está con el diablo, nosotros con Dios", dice, según el vicepresidente Alvaro García, el mensaje de autoría de MSM, aunque este partido desmintió la versión.


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