La corbata, un símbolo fálico que pocos saben llevar

Las corbatas son el complemento masculino por excelencia, se remontan a la Revolución Francesa, pero son pocos los hombres que la saben llevar, los políticos entre ellos
Las corbatas, el complemento masculino por excelencia vuelve a ser objeto de debate, precisamente, por su uso inadecuado. O demasiado larga o demasiado corta. Pocos saben, que con ella se esconde "el secreto para parecer una persona creíble".Artur Mas, el presidente catalán, ha sido el encargado de alimentar el debate cuando, la semana pasada, camino de un encuentro con Oriol Junqueras y con varias carpetas en la mano abandonaba el Palau de la Generalitat luciendo una corbata en exceso larga para lo que es habitual.Donde empieza la hebillaEn teoría, la corbata debe de acabar donde empieza la hebilla del cinturón, comenta Patrycia Centeno, periodista y especialista en imagen política . "La corbata es un símbolo fálico, y puede dar lugar a interpretaciones diversas. Si además, quien la lleva se la toca de manera constante, pues también", añade.Centeno asegura que Mas tiene un "estilo muy refinado", sin embargo describe sus corbatas como "bastante rancias", pero atribuye a los políticos españoles el mal uso generalizado de la prenda, "un 98% no la sabe llevar"."Las utilizan o muy largas o muy cortas, un síntoma que tiene que ver con no saberse hacer el nudo", y si a ello añadimos que la parte inferior sobresale de la superior el desastre de imagen es seguro."Problema es que se llevan un accesorio que transmite seguridad, pero si no la sabes lucir, o no has elegido la que favorece al tipo de cuello que llevas", el resultado no es nada favorecedor y provoca el efecto contrario al que se pretende. "Si no se sabe llevar es mejor renunciar a ella", dice la autora del libro "Política y Moda" (Ed.Península).Aprender a darse el nudoPatrycia Centeno les recomienda revisar algún vídeo de youtube sobre cómo anudarse la corbata. Hay dos tipos de nudos, el simple y el Windsor, y en el protocolo indica que el cuello de la camisa de debe complementar con el de la chaqueta, y en función de ellos se elije la corbata."Pero pocos lo tienen en cuenta. Rajoy, por ejemplo, ha lucido la corbata torcida de manera que se le veían los botones de la camisa. Jamás deben verse, resta credibilidad y seriedad", .La especialista en política y moda asegura que socialmente, cada vez, es menos frecuente el uso de la corbata. "Hay una nueva clase de políticos que ha prescindido de la corbata", y recuerda que esta prenda nace de la Revolución Francesa, "de la izquierda", aunque posteriormente la burguesía se apoderó de ella, hasta el punto de convertirse en un "accesorio de distinción".Relata que la prenda, desde hace un tiempo, estaba circunscrita a políticos o banqueros, pero en el momento en el que entramos en crisis, "la troika y los hombres de negro dejan de ser valorados""Quitarse la corbata, en teoría, es una manera de acercarse a la gente, razón por la que los políticos la abandonan durante los mítines de fin de semana", se trata de una forma de aproximación que, de nuevo, vuelve a "uniformar a todos los políticos con camisa blanca y remangada", advierte. "En política jamás se arriesga".
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