El intento de Spencer Elden, el hombre que apareció desnudo cuando era un bebé en la portada del álbum Nevermind de Nirvana, de demandar a la banda por presunta pornografía infantil, volvió a fracasar.
Elden, fotografiado a los cuatro meses en 1991, demandó a Nirvana y al fotógrafo Kirk Weddle, alegando explotación sexual.
Sin embargo, el juez federal Fernando Olguín dictaminó que la imagen no muestra “conducta sexualmente explícita” y la comparó con una foto familiar de un niño bañándose.
"La desnudez debe combinarse con otras circunstancias que hacen que la representación visual sea lasciva o sexualmente provocativa", escribió el juez Olguin, citando un fallo anterior.
El tribunal destacó que la desnudez por sí sola no constituye pornografía infantil y subrayó que Elden había aceptado en el pasado su asociación con la icónica portada, incluso obteniendo beneficios económicos de ella.
Un abogado de Nirvana celebró la decisión al señalar que el caso carecía de mérito.
"Estamos encantados de que el tribunal haya puesto fin a este caso sin mérito y haya liberado a nuestros clientes creativos del estigma de las acusaciones falsas".
Por su parte, el equipo legal de Elden anunció que planea apelar, argumentando que la industria sigue priorizando las ganancias sobre la dignidad y privacidad de la infancia.