Real Apodaca fomenta el deporte con niños de Deportivo La Paz
Con la misión de fomentar el deporte y apoyar a la comunidad, el club Real Apodaca visitó las instalaciones del Deportivo La Paz, donde hizo entrega de balones a cerca de un centenar de niños.
La actividad no solo acercó a los pequeños al futbol, sino que también les ofreció un momento único para interactuar con jugadores profesionales que representan sus aspiraciones de futuro.
Entre los futbolistas que participaron en la iniciativa destacaron Eduardo Hernández, Lenin Camacho, Saúl “Grillo” Ramírez y el delantero brasileño Andrey Andrade, subcampeón de goleo de la Liga Premier.
Los jugadores, además de entregar balones y boletos para el partido de este domingo contra la UAZ, convivieron con los niños, jugaron un amistoso “cascarita” y respondieron a sus preguntas.
Un momento inolvidable para los niños
La visita al Deportivo La Paz generó gran entusiasmo entre los pequeños, quienes no solo recibieron balones autografiados, sino que también se llevaron la inspiración de conocer a sus ídolos. Héctor Ruiz, presidente del Deportivo La Paz, destacó la importancia de este tipo de actividades para motivar a los futuros talentos del futbol.
“Los niños estaban muy contentos y emocionados por recibir balones. No dudemos que alguno de estos pequeños llegue algún día a jugar en Real Apodaca. Este tipo de iniciativas refuerzan el compromiso del club con la comunidad y el deporte”, comentó Ruiz.
Andrey Andrade: el ídolo brasileño de los niños
Entre los jugadores que más llamaron la atención estuvo Andrey Andrade, el delantero brasileño que ha ganado el corazón de los aficionados de Real Apodaca.
Los niños se mostraron fascinados al conocer a un futbolista extranjero, quien compartió anécdotas sobre su trayectoria y su experiencia en México.
“Fue muy especial recordar mi niñez, cuando yo mismo soñaba con ser futbolista y conocía a jugadores profesionales. Estos momentos inspiran a los niños y los acercan al deporte, algo fundamental para su desarrollo”, expresó Andrey.
Durante la convivencia, los pequeños no solo jugaron y platicaron con Andrey, sino que también lo hicieron hablar en portugués, quedando encantados con su idioma y su carisma.
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