Fallece Jaime Luna, leyenda del béisbol infantil mexicano

Jaime “Jimmy” Luna, el mánager que llevó a los Vaqueros de Linda Vista al título mundial de Ligas Pequeñas en 1997 en Williamsport, Pensilvania, falleció, dejando una profunda huella en el béisbol infantil mexicano.

Conocido como "Don Jimmy", fue un apasionado del deporte que inspiró y formó a generaciones de jóvenes peloteros en Nuevo León, destacándose por su liderazgo y su compromiso con el desarrollo de sus jugadores.

Luna, quien en su juventud fue jugador de béisbol durante su servicio militar, tuvo su primera inspiración cuando recibió a los campeones de Williamsport de 1957 en una base militar.

Aquel encuentro avivó en él un deseo que, en sus palabras, fue "algún día voy a ser campeón mundial". Este sueño se mantuvo vivo durante cuatro décadas, y finalmente en 1997, Jimmy Luna tuvo su oportunidad de hacer historia.

Ese año, como mánager de los Vaqueros de Linda Vista, llevó a su equipo a la final del torneo mundial de Ligas Pequeñas en Williamsport, marcando uno de los momentos más memorables del béisbol infantil en México.

Con el grito de “¡Sí se puede!” como su lema de batalla, los jóvenes jugadores mexicanos se enfrentaron a rivales de todo el mundo y alcanzaron la final en un emocionante partido que ha sido recordado como uno de los encuentros más épicos en la historia del torneo.

Un legado invaluable en el béisbol infantil

Antes de su histórica hazaña en 1997, Jaime Luna ya tenía experiencia como entrenador y logros importantes en su trayectoria. En 1972, había ganado el campeonato de la liga Colt en Washington, Pensilvania, demostrando su capacidad para liderar equipos juveniles en competencias internacionales.

Sin embargo, su mayor éxito llegó en Williamsport, donde se consolidó como una leyenda del béisbol infantil en México.

La pasión de Luna siempre estuvo enfocada en el desarrollo y formación de los jóvenes peloteros regios. A través de los años, se dedicó a sacar lo mejor de cada jugador, transmitiéndoles valores como la disciplina, el respeto y el amor por el juego.

Para sus jugadores, Don Jimmy fue más que un entrenador; fue un mentor y una inspiración que influyó profundamente en sus vidas dentro y fuera del campo.

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