El proyecto “Dormitorios de la gente”, impulsado por el diputado local por Morena, Alberto Hurtado, cumplió su primer mes de operación brindando un espacio digno para el descanso de personas que acompañan a sus familiares internados en el Hospital General de Saltillo.
La iniciativa, ubicada a unos metros del nosocomio, ha beneficiado a decenas de ciudadanos que anteriormente tenían que dormir en banquetas, pasillos o incluso dentro de sus vehículos, ante la falta de opciones accesibles para pernoctar cerca del hospital.
“Dormitorios de la gente” ofrece camas limpias, cobijas, baños y un entorno seguro para quienes deben permanecer cerca de sus seres queridos durante tratamientos médicos o internamientos prolongados. También se han sumado voluntarios que, de manera solidaria, preparan café, donan alimentos o colaboran con artículos de limpieza.

“Estuve aquí tres noches mientras operaban a mi esposo. Antes dormía en la calle, sobre un cartón. Aquí al menos pude descansar sin frío y sin miedo”, compartió la señora Rosa Elvira, originaria de Parras de la Fuente.
El diputado Alberto Hurtado destacó que este proyecto nació de la necesidad observada directamente entre los familiares de pacientes, especialmente aquellos provenientes de municipios lejanos o con recursos limitados.
“Es una forma de dar un poco de alivio a quienes enfrentan momentos difíciles. No están solos. Queremos que las personas tengan la certeza de que en Saltillo hay solidaridad”, expresó el legislador al hacer un balance del primer mes de funcionamiento.

El espacio, operado con apoyo de ciudadanos, voluntarios y donaciones, se mantiene abierto de manera gratuita, sin distinción de afiliación política o condición económica, y ha sido bien recibido por la comunidad.
“Yo vine desde Cuatro Ciénegas. Mi niña está internada y no tengo conocidos aquí. Me habían dicho que tenía que dormir afuera del hospital, pero me hablaron de este lugar y ha sido una bendición”, relató Javier Mendoza, padre de familia.
“Lo más difícil no es solo el dolor de tener a alguien enfermo, sino también no tener dónde dormir. Aquí te tratan con respeto y te dan ánimo, y eso vale mucho”, comentó Marlene López, quien acompaña a su madre internada.

El equipo de voluntarios continúa recibiendo donaciones de cobijas, alimentos no perecederos, artículos de limpieza y productos de higiene personal. De igual forma, hacen un llamado a la ciudadanía para sumarse al proyecto, ya sea con recursos, tiempo o difusión.
“No todos podemos donar dinero, pero sí podemos compartir la información. Así más gente sabe que existe este lugar”, dijo una joven voluntaria que cada tarde entrega pan y café a los huéspedes del albergue.
La iniciativa no solo ha dado un lugar físico a quienes lo necesitan, sino también un mensaje claro: la dignidad y la empatía pueden abrirse paso incluso en los momentos más difíciles.
A un mes de su apertura, “Dormitorios de la gente” continúa siendo un refugio, una mano extendida y una muestra de que cuando la comunidad se organiza, los resultados sí se ven.