En medio del ajetreo cotidiano de la ciudad, un acto de bondad ha captado la atención de cientos de personas en redes sociales. Se trata de Jesús Laureano, saltillense que en sus ratos libres, dedica tiempo y esfuerzo a rescatar perritos extraviados, con el único propósito de ayudarlos a regresar a casa.
Desde hace más de un año, Jesús ha sido responsable de que decenas de perros hayan vuelto con sus dueños, luego de compartir imágenes, ubicaciones y características en sus redes personales, donde también invita a la ciudadanía a colaborar en la búsqueda o adopción responsable.
“Al principio lo hice por instinto, porque no podía ignorar a un perrito solo en la calle. Pero con el tiempo entendí que podía hacer una diferencia, aunque fuera pequeña”, contó Jesús, mientras acariciaba a "Luna", una perrita que resguarda temporalmente en su hogar.
En muchos casos, Jesús también resguarda a los animales por días o semanas, alimentándolos, llevándolos al veterinario y brindándoles cuidados básicos mientras se localiza a sus dueños.
“Me ha tocado ver perritos muy asustados, sucios, algunos con collar y otros sin identificar. A veces es difícil, pero cuando se reencuentran con sus familias, vale la pena todo el esfuerzo”, dijo con una sonrisa.
Su labor ha sido reconocida por vecinos de diversas colonias de Saltillo, quienes han sido testigos de su entrega. Patricia Mejía, habitante de la colonia Morelos, fue una de las beneficiadas con su apoyo.
“Mi perrito se salió durante una tormenta y no sabíamos nada de él. Jesús lo encontró en el bulevar Eulalio Gutiérrez, lo cuidó y lo publicó en sus redes. Gracias a eso lo recuperamos. Es un ángel para muchos de nosotros”, expresó emocionada.
Además de buscar reencuentros, Jesús también promueve la adopción responsable y la esterilización, tratando de crear conciencia entre los ciudadanos sobre el cuidado de los animales.
“Ojalá más personas se animen a ayudar. No se trata de tener recursos, sino de tener voluntad. Un plato de agua, una foto o compartir una publicación ya puede salvar una vida”, reflexionó.
En un mundo donde la indiferencia suele ser común, gestos como el de Jesús demuestran que la empatía sigue viva y puede transformar realidades, tanto humanas como animales.