Con la llegada de las celebraciones del Día de Muertos, inicia la alta venta de la tradicional flor de cempasúchil, símbolo esencial en los altares dedicados a los fieles difuntos.
Su característico color anaranjado y su intenso aroma tienen un profundo significado dentro de la cultura mexicana, ya que se cree que guían a las almas en su regreso al mundo terrenal.
Los pétalos, además de iluminar el camino de los difuntos, representan el ciclo de la vida y la muerte, siendo también aprovechados en usos medicinales, decorativos y como colorante natural.
De acuerdo con vendedores de viveros y florerías, la flor alcanza su mayor esplendor y pigmentación durante los meses de octubre, noviembre y diciembre.
Su precio varía a partir de los 50 pesos, dependiendo del tamaño y la presentación, lo que la convierte en una opción accesible para adornar altares y ofrendas.
Gran parte de la producción proviene del Estado de México, uno de los principales cultivadores de esta especie que forma parte de la identidad cultural mexicana.
En estos días, los mercados y puestos se llenan de color, reforzando una de las tradiciones más significativas del país: honrar la memoria de los Santos Difuntos con el resplandor dorado de la flor de cempasúchil.