Realizará el Papa Francisco `visita relámpago` a Caserta

El líder católico partirá en helicóptero desde El Vaticano a las 15:00 horas locales (13:00 GMT) y tardará unos 45 minutos en llegar a su destino. El aterrizaje está previsto en el helipuerto de la Escuela de Suboficiales de la Aeronáutica Militar, en la Reggia de Caserta, y a las 16:00 horas (14:00 GMT) está programado un encuentro con sacerdotes de la diócesis en el Círculo de Oficiales de la misma Aeronáutica. A las 18:00 (16:00 GMT), Jorge Mario Bergoglio presidirá una misa multitudinaria en la plaza ubicada justo frente a la misma Reggia de Caserta. Durante todas su estancia, el Papa no deberá moverse del lugar. Tras la misa y su sermón, a las 19:30 horas (17:30 GMT) se programó que despegue el helicóptero desde el mismo helipuerto de la Escuela de Suboficiales. Su llegada al Vaticano se dará en torno a las 20:15 horas (18:15 GMT). El Papa regresará a Caserta en forma "estrictamente privada" el lunes siguiente, 28 de julio, para reunirse con el pastor evangélico y amigo suyo, Giovanni Traettino. La modalidad de la visita es insólita y prácticamente no tiene precedentes. La misma surgió justamente por el deseo del líder católico de recorrer la iglesia del pastor, a quien conoce desde su tiempo como arzobispo de Buenos Aires. En junio pasado, durante un almuerzo en la residencia vaticana de Santa Marta, Bergoglio le había confirmado a Traettino que respondería afirmativamente a su invitación para ir a Caserta. Algunos días después el portavoz vaticano, Federico Lombardi, confirmó que se estaba estudiando una visita papal "extremamente simple y rápida, en el curso de una sola mañana" y que la misma no incluiría celebraciones con la comunidad católica local. La iniciativa, así planteada, provocó malhumor en Caserta considerando que la ciudad iba a poder tener cerca al Papa sin siquiera compartir una ceremonia con él. Según informó la prensa, el obispo Giovanni D`Alise decidió entonces escribir una carta al "número dos" del Vaticano, el cardenal secretario de Estado del Vaticano Pietro Parolin, en la cual le expresó "la aspiración de la ciudad de tener también sólo un abrazo fugaz de Francisco".

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