Califican de `muy frío` al atacante de Toulouse

En el marco del homenaje nacional al profesor y los tres menores fallecidos en el tiroteo de la víspera en el colegio judío de Ozar-Hatorah, escuelas, institutos y demás centros educativos de Francia guardaron este martes un minuto de silencio en su memoria. El presidente francés, Nicolás Sarkozy, participó en una escuela de París en el minuto de silencio, mientras que Guéant, quien está a cargo de la investigación del caso, hizo lo propio en un colegio cercano al lugar de la tragedia. En declaraciones a la prensa, tras su participación, el ministro del Interior reveló detalles del avance de las indagatorias y dijo que el atacante llevaba un pequeña cámara colgada al cuello con la que habría grabado lo que denominó su "hazaña". El funcionario dijo que, de acuerdo con las declaraciones de varios testigos y las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del colegio, el individuo llevaba un pequeño dispositivo de grabación de imágenes colgado con correas. "No sé si lo grabó todo, pero todo parece apuntar a que el objetivo del asesino es difundir el video por Internet", destacó Guéant, según un reportes del diario Le Figaro en su edición electrónica. De momento, agregó el ministro del Interior de Francia, no se tienen evidencias de que esas imágenes hayan sido difundidas todavía, pero si ese fuese el objetivo del asesino, esto pondría en relieve su "crueldad". "Esto muestra un perfil de una persona muy fría, muy decidida, con gestos precisos y, por lo tanto, muy cruel", afirmó. Destacó que las cámaras de seguridad han dado varias pistas del ataque, de las armas y la motocicleta utilizada, sin embargo, no se ha logrado determinar la identidad del asesino del profesor Jonathan Sandler, sus hijos Arieh y Gabriel, y la hija del director del colegio. Respecto a la posibilidad de que el asesino sea un neonazi o un experto en tiro, como por ejemplo un militar, Guént dijo que se están investigando todas las hipótesis y se han iniciado pesquisas sobre soldados expulsados y sobre el hecho de que podría ser una venganza. El presidente Sarkozy reiteró durante su visita al colegio Francois Couperin de París su compromiso para dar con el responsable del ataque. Acompañado por el ministro de Educación, Luc Chatel, Sarkozy dijo en un breve discurso a los alumnos que lo ocurrido en Toulouse podría haber pasado en cualquier escuela de Francia. "Se trató de niños que son exactamente igual a ustedes", indicó. Para evitar algún incidente similar, el gobierno de Sarkozy puso en máxima alerta a Toulouse y en marcha un plan antiterrorista, en el que participan militares y policías, y ordenó vigilancia especial en instalaciones judías y musulmanas.

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