Detecte las señales de suicidio

Las amenazas de suicidio deben tomarse con seriedad, pues junto con las expresiones 'no sirvo para nada” o 'la vida no tiene sentido”, constituyen llamado de auxilio que no siempre tomamos en cuenta. ¿Cómo atender estos 'gritos que claman ayuda”?

Alex, joven de 16 años, comenzó a sentir desinterés hacia todo, se alejó de sus amigos y la desesperanza se apoderó de él. Con frecuencia decía: “No valgo nada”, “mi vida ya no tiene sentido”, “ya no seré un problema” o “ustedes estarían mejor sin mí”. Al poco tiempo expresó su franco deseo de suicidarse, pero nadie le creyó; por el contrario, las personas que lo rodeaban solían comentar: “Quien realmente quiere matarse no lo anuncia”, “sólo quiere llamar la atención” y “es un chantajista”. Días después, el cuerpo de Alex yacía inerte en su habitación. La mayoría de los individuos que planean atentar contra su vida hacen llamado de alerta a quienes les rodean; en este sentido, el tanatólogo y suicidólogo Alfonso Reyes Zubiría —presidente de la Asociación Mexicana para el Estudio y Prevención del Suicidio y del Suicida (AMEPS), con sede en la Ciudad de México— refiere que toda amenaza, por pequeña que sea, debe tomarse en cuenta porque 9 de cada 10 suicidas anuncian claramente su propósito. Además, “para estas personas, la muerte se convierte en su mundo, por lo que no debe subestimarse”, resalta, a su vez, el psiquiatra Víctor Montiel Mejía, miembro fundador de la Asociación Psiquiátrica Mexicana. Población vulnerable La conducta suicida se presenta como respuesta a cierta situación que al individuo le resulta abrumadora, por ejemplo, muerte de algún ser querido, enfermedad grave, fracaso escolar, desempleo, problemas económicos y familiares, sentimientos de culpa y dependencia a drogas o alcohol. En cuanto a la magnitud del problema en México, el Dr. Reyes Zubiría indica que las cifras exactas se desconocen, pero puede decirse que han incrementado considerablemente. “Lo anterior se debe a que el suicidio es tema tabú; para la mayoría de las familias es muy penoso que se sepa y solicitan al médico que en el acta de defunción ponga otra causa de muerte. Asimismo, lo cierto es que muchos accidentes son suicidios, y hay muchos suicidios que en realidad son homicidios”. “Los jóvenes son el grupo más vulnerable; de hecho, el suicidio constituye la tercera causa de muerte en individuos entre 15 y 30 años, y la sexta entre chicos de 5 a 14 años”, comenta el Dr. Montiel Mejía. Lo anterior sucede porque se encuentran en etapa en la que enfrentan lucha interna por las cosas que dejan de hacer y las que deben emprender para desarrollar habilidades sociales, sumándose a ello depresión, consumo de drogas, problemas de comportamiento y trastornos de la personalidad. Gritos que claman auxilio Como hemos visto, los suicidas no actúan por impulso y el acto siempre es planeado. Así, quien se quita la vida con un balazo, en realidad empezó a apretar el gatillo muchos años atrás. Al respecto, los entrevistados indican que quien desea morir pasa por tres momentos: Corresponde a la ideación, entendida como el proceso en el que se manifiesta desinterés por vivir. La persona comienza a decir frases como “soy una carga”, “ustedes serían más felices sin mí” o “a nadie le hago falta”. En Suicidología, esto se conoce como “los gritos que piden ayuda”.Si nadie le ayuda al afectado, deja la idea y pasa al acto. Por ejemplo, si es desordenado, comienza a ordenar sus cosas; si estaba deprimido, de repente se torna feliz y regala objetos personales de los que nunca se hubiera desprendido.Se incrementa la frustración y coraje. Lo anterior nos permite saber que un suicida nunca se quiere matar, sino que siempre prefiere que alguien lo tome del lugar de desesperanza en el que se encuentra y lo lleve a estado de esperanza; pero si nadie lo hace, opta por quitarse la vida. En estas situaciones, explica el Dr. Reyes Zubiría, pueden suceder dos cosas: “Primero, si el individuo logra matarse, la familia experimenta duelo muy difícil; por una parte, siente que todo el mundo la señala y critica, pero además el suicida siempre deja dos mensajes muy fuertes: ‘me rechazo tanto que prefiero morir’ y ‘te rechazo tanto que prefiero estar muerto a seguir viviendo contigo’”. Por supuesto, ambos llenan a los familiares de rabia y culpa, de modo que cuando tratan de determinar cuál fue la causa, descubren que su forma de vida no era tan buena como creían. “Segundo —agrega el especialista—, si al suicida se le salvó la vida, es fundamental que reciba terapia para eliminar su frustración, manejar sus emociones, quitarle culpas y hacer que desaparezca su coraje. También se debe atender a la familia para que juntos superen la situación y mejoren sus relaciones.” Plan de acción Si sospecha que un ser querido está pensando suicidarse, no tema en hacerle las siguientes preguntas que recomiendan los doctores Reyes Zubiría y Montiel Mejía: ¿Estás pensando en matarte? No existe el peligro de darle la idea, pues sus actitudes demuestran que ya la tiene. Por el contrario, esto sirve de alivio a la persona al permitirle ventilar el tema, discutirlo abiertamente y, al mismo tiempo, demostrarle que nos interesa.¿Cómo lo vas a hacer? Cuando la primera pregunta resulta afirmativa, hay que preguntarle cómo piensa quitarse la vida. Por ejemplo, si responde que se dará un tiro y sabemos que no tiene algún arma, nos da tiempo para evitarlo; pero si vive en un edificio y afirma que se lanzará desde el último piso, la ayuda es más urgente porque cuenta con recursos para lograr su objetivo.¿Cuándo estás pensando hacerlo? Si el plan de suicidio es a largo plazo (digamos, en cinco años), el peligro no es inminente, pero si refiere que su realización será en breve, la situación se torna grave. Aunque tales preguntas quizá le parezcan poco delicadas, son muy importantes para poder estimar el grado de peligro y prevenir que nuestro ser querido acabe con su vida, pero también es necesario estar a su lado, no juzgarlo y expresarle lo importante que es para nosotros. De esta manera, su autoestima mejora y le proporcionamos confianza para después llevarlo al psiquiatra y seguir tratamiento en conjunto. “Si la persona se encuentra en crisis muy fuerte y su plan de suicidio es muy cercano, la ayuda profesional tiene que ser inmediata”, afirma el Dr. Reyes Zubiría. A su vez, el Dr. Montiel Mejía recomienda vigilar de cerca las llamadas constelaciones de suicidios, es decir, cuando los medios de comunicación le dan amplia cobertura a  la muerte autoinflingida de algún joven o personaje famoso. “Se ha observado que dichos acontecimientos pueden motivar a los jóvenes con este tipo de idea a tomar la decisión de inmediato”. Si tiene la sospecha de que algún familiar, amigo, vecino o conocido quiere suicidarse, no dude en llevar a cabo las recomendaciones expuestas, y si necesita mayor información o ayuda profesional, puede comunicarse a la Asociación Mexicana para el Estudio y Prevención del Suicidio y del Suicida a los siguientes números telefónicos: (01-55) 5575-5995 y 5575-5996, o bien, a los del Consultorio Tanatológico: (01-55) 5524-4183 y 5524-8510


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